[C/A de National Aeronautic and Space Administration] Venus ha transitado a través del Sol, el pasado 5 y 6 de junio y una armada compuesta por telescopios ubicados en una nave espacial y en la Tierra estuvo al acecho de algo que es muy difícil de localizar y que hasta hace poco tiempo, era inesperado: el Arco de Venus.
"Yo estaba atónito cuando lo vi por primera vez durante el tránsito del año 2004", recuerda el profesor de astronomía Jay Pasachoff, del Williams College. "Un aro brillante y resplandeciente apareció alrededor del borde de Venus inmediatamente después de que comenzó a moverse hacia el Sol".
Durante un breve instante, el planeta se había convertido en un "anillo de fuego". Ahora los investigadores entienden lo que sucedió. Iluminada desde atrás por el Sol, la atmósfera de Venus refractó la luz solar cuando pasaba a través de las capas de aire, por encima de la parte superior de las nubes del planeta, creando de este modo un arco de luz que fue visible con telescopios caseros y también por una nave espacial.
Resulta que los investigadores pueden aprender mucho sobre Venus mediante la observación del arco. De hecho, esto se relaciona con algunos de los más profundos misterios del segundo planeta.
"No entendemos por qué la atmósfera de nuestro planeta hermano evolucionó hasta ser tan diferente de la de la Tierra", explica el científico planetario Thomas Widemann, del Observatorio de París.
El Arco de Venus fotografiado en el año 2004 por Riccardo Robitschek y Giovanni Maria Caglieris, de Milán, Italia.
La Tierra y Venus se encuentran ubicados a distancias similares del Sol, están compuestos de los mismos materiales básicos y son prácticamente gemelos perfectos en términos de tamaño. Sin embargo, ambos planetas están envueltos en cubiertas de aire impresionantemente diferentes.
La atmósfera de Venus es casi 100 veces más masiva que la de la Tierra y está compuesta principalmente de CO2, un gas invernadero que eleva la temperatura de la superficie a casi 482 °C (900 °F). Nubes de ácido sulfúrico se elevan como si fueran torres hasta alcanzar los 23 kilómetros (14 millas) de altura y se mueven rápidamente a 354 kilómetros por hora (220 millas por hora). Un ser humano transportado a este infernal ambiente sería aplastado, sofocado, disecado y posiblemente se prendería fuego.
Por lo general, los científicos planetarios no tienen idea de cómo Venus se convirtió en eso.
"Nuestros modelos y herramientas no pueden explicar cabalmente lo que sucede en Venus, lo cual significa que carecemos de las herramientas para comprender a nuestro propio planeta", destaca Widemann. "Ocuparnos de Venus es ocuparnos de nosotros mismos".
El Arco de Venus observado durante el tránsito del planeta, en el año 2004, por el astrónomo aficionado André Rondi utilizando un refractor de 10 cm., cerca de Toulouse, Francia.
Uno de los más grandes misterios de Venus es la súper rotación. La atmósfera completa rodea al planeta en sólo cuatro horas terrestres, lo cual es mucho más rápido que el período de giro del planeta de 243 días.
"La dinámica de la súper rotación todavía es un enigma, a pesar de la abundancia de datos proporcionados por conocidas misiones, tales como: Pioneer Venus de la NASA, las misiones Venera y VEGA de Rusia, Magellan de la NASA y, más recientemente, Venus Express de la ESA (European Space Agency, en inglés, o Agencia Espacial Europea, en español)".
Aquí es donde ingresa a la historia el Arco de Venus. El brillo del arco revela la temperatura y la estructura de la densidad de la atmósfera intermedia, o "mesosfera", de Venus, donde la luz del Sol se refracta. Según algunos modelos, la mesosfera es clave para la física de la súper rotación. Por medio del análisis de la curva de luz del arco, los investigadores pueden determinar la temperatura y la densidad de esta capa crítica de polo a polo.
Esta imagen de Venus cuando acababa de ingresar a la cara del Sol fue tomada por la nave espacial denominada TRACE (Transition Region and Coronal Explorer, en inglés, o Explorador de la Región de Transición y de la Corona, en español), de la NASA, durante el tránsito que tuvo lugar en el año 2004, en colaboración con el autor Glenn Schneider y con Leon Golub. La imagen muestra una parte del planeta en el borde del Sol y revela un aro brillante alrededor del borde de Venus que queda afuera. Este aro es la atmósfera de Venus a medida que curva la luz del Sol hacia la nave espacial
Cuando el arco apareció, en 2004, tomó a los astrónomos por sorpresa; como resultado, sus observaciones no fueron optimizadas para poder captar y analizar el anillo de luz que cambiaba rápidamente.
Esta vez, sin embargo, ellos están preparados. Juntos, Pasachoff y Widemann organizaron el esfuerzo mundial con el fin de monitorear el fenómeno del 5 de junio de 2012 pasado. "Vamos a observar el arco utilizando 9 coronógrafos esparcidos en todo el mundo", dijo Pasachoff antes del evento. "Entre los sitios de observación se encuentran los siguientes: Haleakala, Big Bear y Sacramento Peak. La nave espacial Hinode, de Japón, y el Observatorio de Dinámica Solar, de la NASA, también reunirán datos".
Los mejores momentos para observar fueron el ingreso y el egreso; es decir, cuando el disco de Venus ingresó y salió del Sol. El ingreso fue entre las 22:09 y las 22:27, hora universal, del 5 de junio; el egreso tuvo lugar entre las 04:32 y las 04:50, hora universal. Para este tipo de observaciones, es útil usar un filtro adecuado tal como un filtro de luz blanca como el filtro H-alfa.
Desde la Estación Espacial
Muy alto, sobre la Tierra, el astronauta Don Pettit se preparó para fotografiar el tránsito de Venus, que tuvo lugar el 5 de junio, desde el espacio mismo.
"He estado planeando esto durante mucho tiempo", dijo Pettit, quien se desempeña como ingeniero de vuelo a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI, por su sigla en español o International Space Station o ISS, por su sigla en inglés). "Sabía que el tránsito de Venus ocurriría durante mi rotación, de modo que empaqué un filtro solar cuando mi expedición partió para la EEI, en diciembre de 2011".
Como los tránsitos de Venus se dan de a pares que ocurren una vez cada 100 años aproximadamente, en raras ocasiones los seres humanos han tenido la oportunidad de fotografiar la aparición desde la Tierra, y mucho menos desde la órbita de la Tierra.
"La tripulación de la Expedición 31 será la primera en la historia en ver un tránsito de Venus desde el espacio, y Pettit será el primer ser humano en fotografiarlo", había expresado Mario Runco, Jr., del Centro Espacial Johnson (Johnson Space Center o JSC, por su sigla en inglés). Runco, un astronauta que voló a bordo de tres misiones de transbordadores, es experto en la óptica de las ventanas de las naves espaciales. Junto con su esposa, Susan Runco, quien es la coordinadora de fotografías tomadas por astronautas en el JSC, Mario está ayudando a Pettit para reunir las mejores imágenes posibles del tránsito.
Pettit estuvo apuntando su cámara a través de las ventanas laterales de la cúpula de la estación espacial, un módulo de observación creado por la ESA (acrónimo que significa: European Space Agency, en inglés, o Agencia Espacial Europea, en español) que proporciona una vista de ángulo amplio de la Tierra y del cosmos. La tripulación utilizó las siete ventanas que posee con el fin de manejar el brazo robot de la estación, coordinar los acoplamientos espaciales y tomar fotografías científicas de la Tierra y del cielo. También es el sitio favorito en el cual "pasan el rato" aquellos astronautas que no están trabajando y para los cuales esta vista resulta estimulante.
"Para este tránsito, Don quitó los paneles protectores internos, de calidad no-óptica, conocidos como paneles contra raspaduras, los cuales realmente hacen que sea imposible tomar imágenes nítidas y claras", dice Runco. "Quitar esos paneles es una gran ventaja cuando se trata de detalles que serán vistos en las imágenes del Sol".
Pettit describió antes del evento el sistema de la cámara: "Utilizaré una cámara Nikon D2Xs de gran calidad y una lente de 800 mm. con un filtro solar de luz blanca de abertura completa".
"Incluso con este grandioso sistema de cámara, las imágenes serían bastante suaves si no se quitaran los paneles contra raspaduras", destacó Runco. "Ésta es apenas la tercera vez que sacaremos fotografías a través de las ventanas de calidad óptica de la cúpula. Espero que esto se torne una rutina en el futuro".
El tránsito que tuvo lugar este mes es el segundo del par 2004-2012. Los astronautas estaban a bordo de la EEI en 2004, pero no vieron el tránsito, principalmente porque no tenían filtros solares a bordo. El pequeño Venus cubre una pequeña fracción del disco solar, de modo que el Sol continúa siendo dolorosamente brillante para el ojo humano incluso en la mitad del tránsito. La previsión que tuvo Pettit de llevar un filtro solar marca toda la diferencia.
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