Dinosaurio acorazado bípedo en Argentina
Se trata de la especie Jakapil kaniukura, de aproximadamente 100 millones de años de antigüedad. Los restos fósiles, hallados en Río Negro, ofrecen nuevas pistas sobre el rico ecosistema prehistórico, a la vez que brinda más información sobre el linaje de este grupo de dinosaurios.
Nicolás Camargo Lescano [Agencia CTyS-UNLaM] Como si fuera una suerte de álbum prehistórico, los paleontólogos van buscando y hallando “figuritas” o fósiles que les permitan “llenar” la colección y, así, empezar a entender el riquísimo y complejo ecosistema de hace millones de años. Ahora, y para sumar más información al panorama, un grupo de investigación descubrió, en la provincia argentina de Río Negro, restos del primer dinosaurio acorazado bípedo de Sudamérica.
Facundo Riguetti, primer autor del estudio, excavando en el Área Paleontológica de La Buitrera, en la Provincia de Río Negro. Créditos: Sebastián Apesteguía
“A diferencia de lo que nos tiene acostumbrado esta área paleontológica, llamada La Buitrera, esta nueva especie de dinosaurio es pequeña, del tamaño de un perro. Lo interesante de este hallazgo es que corresponde al grupo de dinosaurios acorazados, pero de los linajes más livianos y pequeños. De este tipo, sólo se habían encontrado y clasificado en Europa, como, por ejemplo, en rocas del Jurásico de África, Asia, Europa y Norteamérica”, explica a la Agencia CTyS-UNLaM Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET y uno de los autores del trabajo.
De una antigüedad cercana a los 100 millones de años, en lo que se conoce como Cretácico Tardío, el nuevo animal fue bautizado Jakapil kaniukura, en honor a las culturas ancestrales y presentes del norte de la Patagonia. “Ja-Kapïl” significa “portador de escudos” en lengua Puelche, mientras que “kaniukura” hace referencia a la “cresta de piedra” que caracteriza a la especie, en la lengua Mapudungun o mapuche.
Facundo Riguetti, primer autor del estudio, excavando en el Área Paleontológica de La Buitrera, en la Provincia de Río Negro. Créditos: Sebastián Apesteguía
“Es una especie que tenía unos 1,5 metros de longitud y entre 4 y 7 kilos. Uno de los rasgos más distintivos es la presencia de una mandíbula relativamente corta y con una gran cresta en el borde inferior, a la que se le hace honor con el nombre de ‘kaniukura’. La mayoría de los escudos son también particulares, muy aplanados, en forma de discos”, describe Facundo Riguetti, becario doctoral del CONICET en la Fundación Azara e integrante del trabajo.
Ilustración del Jakapil kaniukura. Créditos: Daniel Boh
De abecedarios, gigantes y desiertos: Para Apesteguía, el hallazgo reviste importancia tanto por los aportes a nivel paleontológico como por una curiosidad a nivel etimológico que habla, también, de la riqueza de fósiles del país.
“Jakapil kaniukura nos ilustra sobre un grupo de dinosaurios que, hasta la fecha, desconocíamos que existía en Sudamérica. Además, nos permite incorporar un nuevo herbívoro en el registro de La Buitrera y nos permite que haya un dinosaurio argentino para cada letra del abecedario: la única letra que faltaba era la J, con lo que la serie se completa con esta nueva especie”, subraya el científico, quien también es investigador de la Fundación Azara.
Reconstrucción de Jakapil kaniukura, el primer dinosaurio tireóforo de su tipo para Argentina y para Sudamérica. Créditos: Mauricio Álvarez y Gabriel Díaz Yanten (paleogdy).
Apesteguía, además, explica que, en contraposición a este nuevo dinosaurio, hubo todo un grupo de especies de acorazados -técnicamente conocidos como tireóforos- mucho más pesados y voluminosos, como los estegosaurios -que tenían una hilera de placas en el lomo- o los anquilosáuridos, con una maza de hueso en la punta de la cola. Ambos grupos, además, se desplazaban en cuatro patas.
Fragmento fosilizado de huesos dérmicos que cual “escudos” brindaban protección al dinosaurio Jakapil kaniukura. Créditos: Facundo Riguetti. |