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[SEPA] “La sepultura”. Es un poema anónimo que figura en el libro Poetry and Prose of the Anglo-Saxons, Halle, 1960, del germanista alemán Martín Lehnert. Según Jorge Luis Borges el único manuscrito de esta obra data del siglo XII y ya deja traslucir al inglés.
Borges comenta: “Un retórico diría que el poema no es otra cosa que una larga ecuación, cuyos dos términos son la sepultura y la casa. Esa metáfora ya está en el Eclesiastés (12,5) donde se lee que el hombre, al morir, va a su larga morada. Nuestra razón puede aprobar ese juicio, no nuestro sentimiento. Quien lee el atroz poema sabe que una voz directa le habla. No se trata de un hombre que se dirige a otros o a sí mismo; se trata del Destino, del Hado, cuyo rostro nunca hemos visto y cuya voz es nueva. Nada sabemos del autor. Se conjetura que fue un monje benedictino, dado lo severo de la orden, pero el poema no es cristiano. En esta pieza medieval no se promete un cielo y no se amenaza con un infierno. Diríase que la humanidad precisa este poema sepultado y tardíamente exhumado. En el siglo diecinueve dos famosos poetas, que no lo conocían, quisieron reescribirlo. Uno, Charles Baudelaire, nos ha dejado ‘La carroña’; otro, el suizo Gottfried Keller, las admirables estrofas de su ‘Enterrado vivo’, que Joyce ha traducido al inglés”.
La primera traducción que Borges realizó de este poema se encuentra en J. L. Borges, M. E. Vázquez, Literaturas germánicas medievales, 1965; años después, Borges y María Kodama, al publicar Breve antología anglosajona en 1978, incluyeron una nueva traducción que es la que aquí compartimos. |