"El peligro más grande para la mayor parte de cada uno de nosotros, no consiste en que nuestros objetivos sean por demás elevados y no logremos alcanzarlos sino más bien en que sean demasiado bajos y que los alcancemos"

Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni [1475–1564]

El hombre moderno no comprende hasta que punto su “racionalismo”, que destruyó su capacidad para responder a las ideas y símbolos numínicos, le ha puesto a la merced del "inframundo" psíquico. Cree haberse librado de la superstición, pero en lugar de ello, perdió sus valores espirituales hasta un grado peligroso. Desintegró su tradición espiritual y moral y ahora está pagando el precio de esa ruptura, con desorientación y disociación extendidas por el mundo.

Carl Gustav Jung [1875-1961]
Fundador de la psicología analítica, en "El Hombre y sus Símbolos”

“El Demonio Egipcio que se conoce como Tifón, solía representarse de manera semejante al híbrido llamado Seth, cuya identidad permanece borrosa. Algunos lo describen con una extraña nariz similar a un hocico y con largas orejas en punta, bien podría confundirse con una hiena. Aparece durante las tormentas de arena en el desierto y aprovecha para diseminar el mal. Es por ello que los antiguos moradores de aquellas soledades, relacionan los susurros del viento con el gemido lastimero de la hiena. Cuando en lo profundo de la noche se siente algún eco plañidero, todos reconocen en él, el alarido desesperado de un alma atrapada por aquel demonio. La criatura fue condenada por entidades superiores para proteger la tumba de los muertos.”

Manly Palmer Hall en “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”

“Creer en la existencia de una conspiración cuando no la hay es síntoma de paranoia; detectarla cuando existe realmente es prueba de salud mental. Un amigo mío suele decir: ‘Hoy en Estados Unidos, si no estás un poco paranoico es que andas mal de la cabeza’. Esta observación tiene valor universal”

Carl Sagan en “Los Dragones del Edén”

“…El truco de Sherlock Holmes consiste en tratar cada pensamiento, cada experiencia y cada percepción de la misma manera que trataríamos a un elefante rosa. En otras palabras, hay que empezar con una buena dosis de escepticismo y no con la credulidad natural de nuestra mente. No hay que limitarse a suponer que las cosas son como son y -por el contrario-, debemos pensar que todo es tan absurdo como aquel animal inexistente…”

María Konnikova en “¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?”

Aunque el hombre crea que puede lograr esquivar cualquier clase de peligro, nunca podrá eludir por completo el constituido por quienes no desean que existan seres de su clase.

Demóstenes

“Trompetas, tambores y címbalos disimulaban los llantos infantiles. Los pequeños cuerpos eran entregados a Moloch cuya enorme estatua reposaba sobre un brasero de bronce en donde las llamas devoraban a los niños. Cuando el fuego alcanzaba el cuerpo, sus miembros se contraían y la boca simulaba una extraña sonrisa; finalmente, ya contraído, se deslizaba resbalando al fondo del brasero.”

En “Abominaciones paganas…”. (2018/A. G.)

“Los lobos repiten mi nombre en sus monólogos a medianoche y una voz sutil y callada me llama de lejos. Otra voz más cercana me grita al oído con endemoniada impaciencia. El peso de mi alma decidirá su último lugar de descanso. Pero antes, debo escribir todo lo que pueda sobre los horrores que acechan afuera y que aguardan en el umbral de la puerta de cada hombre. Se trata del viejo arcano que ha ido pasando de mano en mano desde antiguo, pero al cual han olvidado casi todos los hombres, menos unos pocos: los adoradores de los antiguos. ¡Que sus nombres sean borrados de la faz de la tierra!”

Del manuscrito antiguo llamado “Necronomicón” (El libro de la ley de los muertos) atribuido a Abdul Alhazred, por H. P. Lovecraft.

“Para los seguidores de Euclides y también para los renacentistas, conocer el número irracional phi (Φ-φ), significaba poseer la llave del orden perfecto, penetrar en la armonía de las formas creadas por la naturaleza y, en consecuencia, crear según el patrón de la sabiduría natural que se obtiene a partir de las matemáticas y que conduce a la belleza…”

Ramon Arola en “Cuestiones Simbólicas”

“El hombre camina días entre los árboles y las piedras. Raramente el ojo se detiene en una cosa, y es cuando la ha reconocido como el signo de otra: una huella en la arena indica el paso del tigre, un pantano anuncia una veta de agua, la flor del hibisco el fin del invierno. Todo el resto es mudo e intercambiable; árboles y piedras son solamente lo que son.”

Elena Pérez de Medina en “El ámbito del estudio de la semiología”

Artículo compilado por Roberto Marafioti) en “Recorridos Semiológicos” (EUDEBA Bs. As.- 2015)

“… se construyen como enemigos no tanto a los que son diferentes y nos amenazan directamente (…), sino a aquellos a los que alguien tiene interés en representar como una amenaza, aunque no lo sean; de modo que, todo lo que ponga de relieve su diversidad no será su carácter de amenaza, sino que la diversidad misma se convertirá en señal de amenaza.”

Umberto Eco (1932-2016) en “Construir al enemigo”

“…Un Ancla calló del cielo y uno de los ganchos quedo atrapado en el arco de la puerta de la iglesia. La gente vio una nave e el cielo con hombres a bordo y a un hombre saltar por la borda hasta el ancla para liberarla. Parecía como si estuviera nadando en el agua. El pueblo trató de atraparlo, pero el obispo prohibió a la gente que lo sujetara porque podrían matarlo, según dijo. El hombre fue liberado y subió a la nave donde la tripulación cortó la cuerda y navegó hasta donde no se la vio más…”

Gervasius Tilberiensis (1115-1228)

En cada revolución del pensamiento científico se agregan nuevas palabras a una vieja canción, lo pasado no se destruye sino que se contempla desde otro punto de vista. Entre nuestras torpes tentativas de expresión, el núcleo de la verdad científica crece constantemente y de esa verdad puede decirse que a medida que más cambia, tanto más sigue siendo la misma cosa.

Sir Arthur Stanley Eddington en “La naturaleza del mundo físico”

“Los argentinos hemos tratado de obtener la paz fundándola en el olvido, y fracasamos: ya hemos hablado de pasadas y frustradas amnistías. Hemos tratado de buscar la paz por la vía de la violencia y el exterminio del adversario, y fracasamos (…). A partir de este juicio y de la condena que propugno, nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia. Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última. (...) Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más.”

Dr. Julio César Strassera (1933-2015) en el alegato del Juicio a las Juntas Militares responsables del terrorismo de estado en Argentina.

“Igual que en el pasado, el ejercicio del poder imperial estadounidense se deriva en gran medida de la organización superior, de la habilidad para movilizar con rapidez vastos recursos económicos y tecnológicos con propósitos militares, del vago pero significativo atractivo cultural del ‘American way of life’ y del franco dinamismo e inherente competitividad de sus elites sociales y políticas.”

Zbigniew Brzezinski (1928) en “El gran tablero mundial”

Oriente próximo ha sido la crisálida de tres de las religiones más grandes del mundo. De su duro paisaje han surgido conquistadores y profetas que levantaron estandartes de aspiraciones universales. En sus horizontes aparentemente ilimitados se han levantado y caído imperios; monarcas absolutos se han autoproclamado como la encarnación de todo poder para luego esfumarse como espejismos. Aquí han existido todas las formas de orden internacional y nacional y en algún momento han sido rechazadas.

Henry Kissinger en “Orden Mundial”

“…La mitología griega la hacía hija de la noche y hermana del sueño. Horacio la representa con alas negras y una red con la que cazaba a las víctimas, una red idéntica a la de los dioses uránicos y a la del gladiador romano. La muerte se relaciona con el elemento tierra y con la gama de colores que va del negro al verde pasando por matices terrosos. El estiércol está asociado a su simbolismo.”

Juan Eduardo Cirlot en su “Diccionario de Símbolos"