“Por ejemplo, se puede ver una modificación en el cráneo, más precisamente en el cierre que tenía en la región del oído para poderse sumergir en el agua, así que Burkesuchus es algo así como el abuelo de los cocodrilos modernos y está mostrando etapas de la evolución que son muy poco conocidas a nivel mundial”, destacó el jefe del LACEV-MACN.
Dr. Fernando Novas
El doctor Novas indicó que el descubrimiento de esta nueva especie se suma a una lista de hallazgos sumamente interesantes que viene realizando el LACEV, hace ya casi una década, en colaboración con el doctor Manuel Suárez y su equipo de la Universidad Andrés Bello en Santiago Chile.
Se utilizó maquinaria para poder cortar la roca y extraer los fósiles.
Burkesuchus mallingrandensis es el nombre con el que los investigadores bautizaron a este nuevo animal, lo cual significa “el cocodrilo de Burke procedente de Mallín Grande”. “El nombre que elegimos para identificar a este nuevo cocodrilo -explicó Novas- brinda homenaje al estadounidense Coleman Burke, amante de la Patagonia y apasionado por la paleontología, quien tuvo un rol fundamental en las diversas actividades de nuestro laboratorio. Coleman y su esposa Susan nos brindaron su apoyo y entusiasmo para llevar adelante exploraciones y nuevos descubrimientos paleontológicos, incluido el cocodrilo que hoy lleva su nombre”.
Una gran expedición paleontológica: El hallazgo de este pequeño abuelo de los cocodrilos se produjo a 1500 metros de altura. Allí, aflora un yacimiento paleontológico del período Jurásico. Este lugar fue descubierto en 2004, cuando se extrajeron los restos fósiles del dinosaurio herbívoro Chilesaurus diegosuarezi. Casi diez años después, en 2013, se realizó la expedición en la que aparecieron los restos de este pequeño cocodrilo de tierra firme. Marcelo Isasi, técnico del LACEV-MACN y del CONICET, contó que esta operación requirió de una gran logística.
“Esta expedición involucró el transporte y la utilización de maquinarias, herramientas, insumos de trabajo y campamento. Tuvimos que cruzar un río para llegar a los afloramientos, el cual no tenía puente y estaba muy crecido”, relató Isasi sobre uno de los puntos más difíciles del operativo. Isasi comentó que “desde el campamento que formamos en la montaña, teníamos un trayecto de una hora y media en caballo para llegar al yacimiento, ubicado en la cima”.
Genealogía del cocodrilo
“Fue maravilloso cabalgar rodeados de glaciares y de ese paisaje, pero también podía ser muy peligroso, ya que hay que atravesar grandes extensiones de hielo”, comentó el técnico. En la primera llegaba al yacimiento, Federico Agnolin encontró los restos de este cocodrilo y avisó al resto del equipo para que se acercaran. “Cuando llegamos, vimos que se trataba de pequeños huesos expuestos”, contó Isasi.
Para poder rescatar estos fósiles, se utilizaron maquinarias para cortar el fragmento de roca donde estaban alojados. “Mira es el cráneo del coco”, fueron las palabras que dijo Agnolin al enseñarle los restos a los demás miembros del equipo. “Ahí, nos dimos cuenta que ya la campaña era un éxito”, rememoró Marcelo Isasi.
La extracción del cocodrilo duró dos días y durante el resto de la campaña se continuaron encontrando más fósiles del dinosaurio Chilesaurus. La preparación del cocodrilo se realizó en el MACN. Llevó varios meses separar la dura roca de estos fósiles y, posteriormente, comenzó el estudio de estos materiales, para lo cual se realizó el escaneo en 3D de cada pieza encontrada, para así poder desarrollar el esqueleto completo de este animal.
El investigador Sebastian Rozadilla del LACEV y del CONICET también comentó sobre la dificultad de esta expedición: “Si llovía demasiado, no era posible pasar el río. A veces, hacía mucho frío o nevaba y, entonces, debíamos esperar un par de días hasta que el suelo se descubriera de la nieve y pudiésemos continuar con la búsqueda de los fósiles”.
“Toda esa aventura dio lugar a este hallazgo fantástico. Vemos que los hallazgos en la Patagonia reafirman que el sur de nuestro continente es de gran relevancia para la paleontología a nivel mundial”, destacó Rozadilla. Y agregó: “Animales como el Burkesuchus ayudarán a cambiar nuestro entendimiento sobre la evolución de los reptiles que dominaron la Tierra en la Era Mesozoica”.
También participaron del estudio publicado en la revista Scientific Reports los investigadores Gabriel Lio del LACEV-MACN, Manuel Suárez de la Universidad Andrés Bello de Chile, Rita de la Cruz del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, Ismar de Souza Carvalho de la Universidad Nacional de Río de Janeiro y David Rubilar-Rogers del Museo Nacional de Historia Natural de Chile.
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