[SEPA] En el mes de julio de 2019, mientras navegaban buques de guerra de la Marina estadounidense; se captaron imágenes que muestran unos extraños dispositivos que recorren el cielo y que lo atravesaron haciendo extraños zumbidos. Estos OVNIS (Objetos Voladores No Identificados), hubieran pasado desapercibidos como tantos otros avistamientos que llenan los rincones sensacionalistas de los diarios y revistas del género del Misterio, pero no fue así. El hecho ha trascendido con una impronta diferente, a raíz de que el Pentágono ha declarado oficialmente que estas imágenes no son fruto de un montaje.
En definitiva, ha confirmado que no son falsas y que habían sido obtenidas por personal de la armada estadounidense. El material fotográfico y audiovisual que muestra los extraños objetos volando sobre un buque de guerra, fue filtrado por un popular y polémico documentalista llamado Jeremy Corbell.
No es la primera vez que autoridades militares de los Estados Unidos reconocen la existencia de fenómenos anómalos; pues el Departamento de Defensa en el año 2019, autorizó la confirmación de tres vídeos no clasificados de la Marina, el primero data de noviembre de 2004 y los otros dos de enero de 2015. En rigor de verdad estos vídeos fueron difundidos en la red en 2007 y 2017, respectivamente, conforme lo informamos en un artículo anterior publicado en “El Peso” y que puede consultarse en el siguiente link: De las cosas que se ven en los cielos II.
En el presente caso, las autoridades informaron que el personal de la Armada tomó fotos y videos de objetos triangulares parpadeando y moviéndose a través de las nubes. La portavoz del Pentágono Sue Gough en un comunicado dirigido a la prensa estadounidense confirmó que se tomaron fotografías de otros tres objetos voladores no identificados, uno en forma de “esfera”, otro en forma de “bellota” y un tercero descripto como “dirigible metálico”.
Estos avistamientos fueron obtenidos y luego filtrados por el cineasta Jeremy Corbell (artífice del polémico documental: “Bob Lazar: Area 51 & Flying Saucers”) y el reportero George Knapp (presentador de las noticias de Las Vegas KLAS TV). El referido documental, pretende narrar las peripecias de un científico que habría trabajado en el área 51 y cuyo nombre sería Bob Lazar. Este hombre sostiene que en el Área 51 se realizan investigaciones secretas que implican contactos alienígenas entre el Gobierno de los Estados Unidos y Extraterrestres. Este documental fue severamente criticado y sindicado como el peor documental de la empresa Neflix, como podrán apreciar en el siguiente vídeo crítico de Youtube en el cual se señalan sus deficiencias y críticas.
Bob Lazar: Area 51 & Flying Saucers el peor documental de Neflix
Ahora bien, a este cineasta controvertido le tocó el privilegio de filtrar las imágenes que luego el Pentágono confirma como “no falsas” y que habrían sido capturadas por un marinero a bordo del USS Russell, recientemente desplegado con la Séptima Flota en el Mar de Filipinas; aunque al comienzo no se aclaró la verdadera localización de los buques implicados, ni la fecha exacta del evento, llegándose incluso a insinuar que ocurrió en otro lugar, frente a las costas de California.
En una captura de sólo 18 segundos, realizada con lo que parece un dispositivo de visión nocturna, algunos objetos triangulares brillan en la cubierta del destructor USS Russell. Según Jeremy Corbell, los objetos fueron descritos como vehículos, pero no se asemejan a aviones, helicópteros o drones, principalmente por su forma triangular, que no es eficiente desde el punto de vista aerodinámico.
Corbell declaró: “Eso fue en julio de 2019. Se volvió cada vez más extraño… El 14 y 15 de julio, hubo algunos avistamientos de drones. Y, por cierto, en los otros barcos, pasaron cosas diferentes. Así que algunos eran como luces que hacían figuras en ocho y patrones y giros de 90 grados. Otros eran como un color de luz diferente, como el rojo”.
Las autoridades de los Estados Unidos se refieren a los episodios registrados por la cámara como “Fenómenos Anómalos No Identificados” (Unidentified Anomalous Phenomena) o UAP por su sigla en inglés; evitando la más prosaica y popular descripción que implica el uso del vocablo OVNI (Objeto Volador No Identificado).
En 1947, un piloto civil norteamericano tuvo un avistamiento de nueve objetos, que fue difundido en todo el mundo. Ese hito marcó la historia contemporánea de este tipo de fenómenos, de ahí nació el concepto de platillos voladores. Luego, en los años 1952 y 1953, en un proyecto que antecedió al proyecto Blue Book de la Fuerza Aérea Norteamericana, un joven capitán señaló que el concepto de platillos voladores no era concreto y no era lo que mejor reflejaba lo que se estaba observando y así nació el concepto de objeto volador no identificado, OVNI.
En la década de los 80 del siglo XX, Richard Haines, un sicólogo que participó en estudios de este tipo de fenómenos, señaló que “este concepto de OVNI quedaba corto frente a los avistamientos” y sugirió que, en vez de OVNI, se hablara de Fenómenos Aéreos No Identificados y luego Fenómenos Aéreos Anómalos para finalmente quedar como, Fenómenos Anómalos No Identificados” (Unidentified Anomalous Phenomena) o UAPcomo hoy se está usando en el Pentágono. Para quienes propones esta definición (UAP) sostienen que se trata de un concepto mucho más amplio que OVNI.
Existen rastros de avistamientos en el siglo XIX, como los registrados en Copiapó en Chile en el año 1868; pero es en el siglo XX, durante el año 1944, cuando tuvo lugar un extraño fenómeno de los “Foo Figthers” (Foo es una deformación del francés utilizada por pilotos de diversas nacionalidades que querían decir Feu -fuego en francés- unido a la palabra “fighters” que indicaba “caza”. Este fenómeno al que se lo llamó “caza del fuego” fue observado por pilotos británicos, estadounidenses, alemanes y japoneses y se considera la el bautismo de fuego de la ufología.
Los aliados pensaron que se trataba de un arma secreta del eje y viceversa, los alemanes pensaron que se trataba de un arma secreta de los aliados. Todos coincidieron en describirlos como esferas de apariencia metálica o bolas luminosas que aparecían ya sea de manera individual o grupal y que acompañaban a los aviones militares. Los diferentes pilotos coinciden en afirmar que estas luces desarrollaban altas velocidades y tenían un grado de maniobrabilidad que superaba las posibilidades técnicas de esa época. Los testigos indicaron que podían acelerar o desacelerar de manera instantánea o quedarse suspendidos o estacionados sin movimiento aparente. El 7 de enero de 1948, el piloto estadounidense Thomas Mantel muere mientras perseguía un OVNI y en el año 1965, en la Antártida Argentina registró ocho (8) avistamientos en las Islas Decepción y Orcadas, conforme consignó en su momento la Fuerza Aérea Argentina.
A partir de estos avistamientos, que fueron oficiales, la prensa siempre ha restado importancia y verosimilitud a las denuncias particulares del fenómeno, cada vez más frecuentes hasta el día de hoy y los presuntos testigos de avistamientos se refugiaron en programas y publicaciones de la cultura popular y algunos de dudosa credibilidad; reducidos a fenómenos circenses o de feria de maravillas el fenómeno OVNI fue menguando su credibilidad. La consecuencia que recibía un denunciante del fenómeno, era el escarnio mediático y la ridiculización y en el caso de tratarse de una personalidad científica o de algún otro tipo; sufría una suerte de muerte civil. Este tipo de persecución fue tan sistemática y uniforme, que muchos llegaron a pensar que no fue casual o espontánea sino pergeñada para desalentar la difusión del tema.
Sin embargo, en esta oportunidad las declaraciones oficiales, amén del reconocimiento que se hizo del fenómeno “UAP” revelan cierta preocupación a la hora de profundizar el tema. La referida portavoz del Pentágono Sue Gough aclaró: “Como dijimos antes, para mantener la seguridad de las operaciones y evitar revelar información que pueda ser útil para los adversarios potenciales, el DoD (Departament of Defense) no discute públicamente los detalles de las observaciones o los exámenes de las incursiones reportadas en nuestros campos de entrenamiento o espacio aéreo designado, incluyendo esas incursiones”.
La portavoz reveló que estos incidentes fueron añadidos para ser examinados por el Grupo de Trabajo de Fenómenos Aéreos No Identificados, el cual fue creado en 2020 para investigar avistamientos de OVNIS producidos por militares. Según indicó la Marina en 2019, “ha habido una serie de informes de aeronaves no autorizadas y/o no identificadas que ingresaron a varios rangos controlados por militares y espacio aéreo designado en los últimos años”.
Según el conocido portal Mistery Wire, el video es parte de una serie de fotografías y videos tomados por la Fuerza de Tarea de Objetos Voladores No Identificados (UAPTF), un grupo creado por el Senado que ya confirmó que está investigando este y otros hechos similares. UAPTF ha incluido estos incidentes en sus exámenes en curso, para averiguar si no se trata de naves o artefactos extranjeros que pongan en peligro la seguridad de ese país.
Mistery Wire es una organización que se dedica a informes sobre el Área 51, ovnis, tecnología militar, paranormales, misterios y grandes noticias. Su portal contiene el archivo más grande del mundo de noticias, entrevistas e investigaciones especiales examinadas periodísticamente sobre un universo diverso de temas extraños, desconocidos e inquietantes.
El youtuber Mick West propuso una posible explicación de lo sucedido. Según él, el video fue grabado con un teléfono inteligente usando un monóculo de visión nocturna, que pudo haber capturado solo una aeronave normal, pero que un efecto óptico hizo que sus luces parecieran triángulos o pirámides. West sostiene que las luces parpadean a un intervalo similar al de las luces de seguridad de un avión comercial. Sin embargo, hay un agujero en esta teoría, no hay un visor de visión nocturna con una apertura triangular para crear este efecto. Pero dice que algunos militares crean diferentes aberturas con cinta adhesiva, y esta en particular puede haberse vuelto triangular.
El propio diario The New York Times ya publicó que desde que el mundo se enfrenta a la pandemia de coronavirus, los informes de avistamientos de ovnis se han multiplicado. Solo en Nueva York, la cifra se duplicó con respecto al año anterior.
En el contexto problemático que la humanidad está viviendo, cabe reiterar las preguntas formuladas en el artículo ya publicado por “El Peso” y cuyo enlace compartimos: “De las cosas que se ven en el cielo II” En primer lugar ¿Será posible generar una operación mediática global orientada a descomprimir o distraer la atención de gente angustiada por la falta de comida, trabajo y dinero? En segundo lugar. ¿Es factible que estemos viviendo una distopía como la contada por la película “Teoría de la Conspiración” protagonizada por Mel Gibson y Julia Roberts, dirigida por Richard Donnel sobre un guion de Brian Helgeland? y por último ¿Acaso somos marionetas de mundos de órdenes superiores para los cuales no somos más importante que la levadura de nuestro panes en el mejor de los casos?
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