Exoplanetas de Similar Tamaño que la Tierra
Concepto artístico del sistema planetario Kepler 20
[C/A de National Aeronautic and Space Administration] La misión Kepler, de la NASA, ha descubierto los primeros planetas del mismo tamaño que la Tierra, los cuales están en órbita alrededor de una estrella similar al Sol.
Los planetas, llamados Kepler–20e y Kepler–20f, se encuentran ubicados muy cerca de su estrella como para estar en la llamada zona habitable, donde el agua líquida podría existir en la superficie del planeta. Estos son los exoplanetas más pequeños confirmados alrededor de una estrella como nuestro Sol.
Concepto artístico de Kepler-22b
El descubrimiento marca un logro importante en la búsqueda de planetas como la Tierra. Se cree que los nuevos planetas son rocosos. Kepler–20e es apenas un poco más pequeño que Venus; mide 0,87 veces el radio de la Tierra. Por su parte, Kepler–20f es algo más grande que la Tierra; mide 1,03 veces su radio. Ambos planetas se encuentran ubicados en un sistema que cuenta con cinco planetas, llamado Kepler–20, el cual se localiza aproximadamente a 1.000 años luz de distancia en la constelación de Lira.
El diagrama compara conceptos artísticos de los primeros planetas del tamaño de la Tierra que fueron hallados en órbita alrededor de una estrella parecida al Sol, con algunos planetas de nuestro propio sistema solar, la Tierra y Venus. Crédito de la imagen: NASA/Ames/JPL–Caltech
Kepler–20e completa una órbita alrededor de su estrella huésped cada 6,1 días y Kepler–20f lo hace cada 19,6 días. Estos cortos períodos orbitales indican que se trata de mundos muy calientes e inhóspitos. Kepler–20f, con una temperatura de alrededor de 430°C (800°F), tiene condiciones similares a las de un día promedio en el planeta Mercurio. La temperatura superficial que impera en Kepler–20e, de más de 760°C (1.400°F), es suficiente para derretir el cristal.
"El objetivo primario de la misión Kepler es encontrar planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable", dijo Francois Fressin, del Centro Harvard–Smithsoniano de Astrofísica, en Cambridge, Massachusetts, quien es el autor principal de un nuevo estudio publicado en la revista de investigación Nature.
"Este descubrimiento demuestra por primera vez que existen planetas del tamaño de la Tierra alrededor de otras estrellas, y que somos capaces de detectarlos".
El sistema Kepler–20 incluye a otros tres planetas que son más grandes que la Tierra pero más pequeños que Neptuno. Kepler–20b es el planeta más cercano a su estrella y la orbita cada 3,7 días; Kepler–20c es el tercer planeta y lo hace cada 10,9 días; y Kepler–20d es el quinto planeta y orbita su estrella cada 77,6 días. Si se colocaran estos cinco planetas en nuestro sistema solar, sus órbitas casi podrían caber en el interior de la órbita de Mercurio. La estrella huésped pertenece a la misma categoría, de tipo–G, que nuestro Sol, aunque es un poco más pequeña y fría.
El sistema tiene una disposición planetaria inesperada (ver diagrama). En nuestro sistema solar, los mundos pequeños y rocosos orbitan cerca del Sol, mientras que los grandes y gaseosos se encuentran en órbitas más lejanas. En comparación, los planetas de Kepler–20 están organizados de una manera que alterna sus tamaños: grande, pequeño, grande, pequeño y grande.
"Los datos proporcionados por Kepler nos están enseñando que algunos sistemas planetarios tienen disposiciones de planetas muy diferentes a la que vemos en nuestro sistema solar", dijo Jack Lissauer, quien es un científico planetario y miembro del equipo científico de Kepler, en el Centro de Investigaciones Ames, de la NASA, en Moffet Field, California.
"El análisis de los datos proporcionados por Kepler continúa mostrándonos la gran diversidad de planetas y sistemas planetarios que hay en nuestra galaxia".
Los científicos no están muy seguros de cómo es que evolucionó el sistema, pero no creen que los planetas se hayan formado en los sitios donde se encuentran actualmente. La teoría es que los planetas se originaron más lejos de su estrella y luego migraron hacia adentro, posiblemente ayudándose mediante interacciones con el material del disco a partir del cual nacieron. Esto permitió que los mundos mantuvieran un espaciamiento uniforme a pesar de sus tamaños alternantes.
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