Héctor Ricardo García
[SEPA] Informar en la primera plana televisiva que faltan 83 días para que comience la primavera no es una obviedad, sino el hallazgo de un genio del periodismo argentino que supo sacar agua de las piedras. Una anécdota lo retrata de cuerpo entero: Siempre contaba con la primicia de cualquier noticia y la publicaba antes que los demás medios, aunque no tuviera nada más que el título y careciera de otros datos necesarios para llenar un espacio televisivo. En una de estas circunstancias, uno de sus conductores estaba a segundos de salir al aire y teniendo sólo el título de la primicia le dijo que no tenía material para agregar; y García le aconsejó: “-Tienes que salir con la más absoluta seguridad diciendo no sabes nada, que todavía no hay más información, lo importante es mostrarse seguro…”.
El brazo televisivo de su empresa periodística, Crónica TV -hoy el canal más popular de la TV argentina-, siempre marcó tendencia y trasladó la impronta de la versión gráfica de Crónica a las pantallas televisivas; imponiendo el clásico titular a pantalla completa, con fondo rojo y con la marcha “Barras y Estrellas” del brasileño Sousa; que solían usar las viejas estaciones de radio para anunciar los noticieros. Las placas de Crónica TV hicieron historia, por ser oportunas, humorísticas, bizarras, inoportunas; pero nunca indiferentes.
Especialista en primicias, siempre apostaba un móvil en la puerta de las estaciones de bomberos o de Policía, lo que le posibilitaba llegar primero al lugar del hecho. Pero, por otro lado, cuando los días no eran periodísticamente interesantes no perdía el tiempo armando noticias vacías como hacían otros canales informando por ejemplo: “hoy se ha reunido el gabinete…” y ordenaba que se emitiera un recital de su amigo Sandro o de Palito Ortega en su canal y de esta forma superaba las mediciones de audiencia de sus competidores. Se le atribuye haber dicho que, si por él fuera sacaría un “cuandosepuedenario”, una especie de diario que se editaría cuando ocurriera algo relevante o cuando a él se le ocurriera algo que le interesara publicar.
Fue tildado de sensacionalista y de tener mal gusto. Sin embargo, el éxito siempre lo acompañó en todas sus aventuras periodísticas desde antes de que fundara el icónico diario Crónica, que llegó a ser el periódico más vendido de la Argentina desde su aparición el 29 de julio de 1963, superando a Clarín. El diario que está próximo a cumplir 56 años y sufrió los avatares de la política pues fue clausurado varias veces por los militares (Onganía y Videla) y por José López Rega, censurado y su dueño encarcelado. García sufrió atentados en su Teatro Astral para evitar que estrene la ópera “Evita” Nacha Guevara.
Así informó Crónica TV, la muerte de su creador
Su propia vida habría sido digna de varias crónicas periodísticas similares a las que editaba en su diario o digna de las placas que se publican por su popular canal televisivo “Crónica TV”, por ejemplo cuando fue parte en 1966 de un comando integrado por 20 militantes peronistas que secuestró un avión para dirigirse a las islas Malvinas y se dio el gusto de plantar una bandera argentina en la playa malvinense.
Su carácter fue frontal, como pocos en el medio periodístico, y sus allegados lo reconocen; también fue generoso y tenía un especial instinto para lo popular. Siempre defendió lo indefendible y estuvo del lado de aquellos que por cualquier circunstancia no tuvieron voz en cualquier época. Dijeron de “el Gallego” García como todo periodista a veces caminó por la cornisa, a veces se equivocó, pero a diferencia de casi toda la clase periodística argentina “nunca fue cómplice… nunca le hizo el amor al terror”, según palabras del periodista Facundo Pedrini.
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Para muchos, el periodismo es un género literario de ficción; a veces cercano a la novela panfletaria o al cuento corto, con una mezcla peligrosa de humor negro mixturado con tragedia, fantasía distópica y novela rosa. Tal vez la mejor forma de entender al periodismo, sea pensarlo como una suerte de literatura involuntaria que no transmite información, sino las sensaciones de quien escribe o dirige un medio.
Dado que la prensa ha evolucionado desde la tipografía y los textos hacia la imagen y el sonido; podríamos afirmar que es una suerte de ópera moderna cuyo guion es colectivo, simultáneo y entreverado como el de una novela de enredos cuyos personajes se confunden con el público e ingresan y salen del escenario luego de cinco minutos de protagonismo. Héctor Ricardo García lo intuyó como pocos y comprendió que el periodismo depende del espectador, convirtiéndose en pionero en transformar al hombre y mujer común en parte del mismo espectáculo que consume. García no pretendía ni mostrarse como un ejemplo ni generar modelos sino hacer un periodismo arquetípico que con humor y a veces con crudeza reflejara la idiosincrasia del pueblo argentino. Tal vez en ello radicaba su éxito.
Un profesor de literatura canadiense Marshal Mc Luhan intuyó a mediados del siglo XX, que la forma de comunicar llegaría a ser más importante que el contenido mismo del mensaje; aunque en un primer momento pocos entendieron qué quiso decir cuando escribió que “El medio es el mensaje”. Hoy no quedan dudas de la veracidad de esta profecía, que juntas con otras formuladas por este profesor de literatura, lo transformaron en un verdadero “vate” del siglo XX. |
Histórica tapa de Crónica ante la muerte del Presidente Perón
Por extraña coincidencia, este vaticinio fue escrito en su libro “La Galaxia Gutemberg” en 1962, apenas unos meses antes de la fundación del diario “Crónica”, que estaba destinado a cambiar la historia del periodismo gráfico argentino. |
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